No se le puede coartar la libertad a esos que se ganan la vida con dignidad y decoro. Ellos suceden con quietud, no insultan, no empujan en la calle y ni siquiera se quejan cuando uno los vilipendia. ¡Basta de callar! Salgamos a las calles y alcemos nuestras voces por los que no la tienen. ¡No queremos otro caso típico de impunidad! ¡Liberen a los maniquíes carajo!
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