En aquel tiempo, designó el Señor a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les dijo: “Id y pintad vuestros templos en tricolor, demostrad al mundo la gloria del padre a través de esta obra; y si algún apóstata osare en decirles mariquitas de mal gusto vosotros responderéis con una sacrosanta patada en los huevos”. Y así se cumplió la palabra del padre a través del hijo. Lucas (10, 1-12).
Si alguien conoce a mi mamá por favor díganle que yo no escribo estas cosas, ella piensa que estudio.
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