No voy a negar que en un tiempo remoto fui amante de los video juegos. Yo tuve -y lo digo con orgullo- al mítico Atari 2600, pero conservarlo hasta ahora es una quimera; mi amigo Luchetequepex (José Luis Puita) revivió mi desenfreno por las video juegos con otra joya mítica: una consola NES de 1983 de la Compañía Nintendo.
Mi sobrino Ricardito, que anda enchufado a la Wii, se debe estar riendo al leer esto. A propósito: Eh Ricardo, si estás leyendo este blog ¿qué coño hacés aquí? Deberías estar leyendo cosas mejores, fuera de aquí, ¡vaya!
Días después, Willberth me dejaba sin palabras de la sieguiente forma:
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