lunes, 5 de octubre de 2009

¡WILSOOOON!

Yo me he visto como 18 veces la película “Náufrago”, esa con Tom Hanks y que parece un remake de Robinson Crusoe; sí, la del tipo que naufraga y que los primeros meses vive prácticamente como un mono en una isla desierta. Pienso que no ha sido el mejor papel de Hanks, sin embargo resultó solvente debido a su “caché” actoral. Pero no hablaré de él exclusivamente, quiero subrayar a Wilson, ¿lo recuerdan? (aún puedo escuchar a Chuck Noland gritando: ¡Wilsoooon, Wilsoooon!).

Wilson era una pelota de voleibol (por supuesto un chivo comercial, fabricada por la afamada marca Wilson Sporting Goods) y que también le servirá al protagonista para entablar sus monólogos y mantener la cordura. Es una suerte de amigo “imaginario”. ¿Que a dónde voy? Bien… el simpático personaje Wilson nos ha marcado la vida a más de uno; como a mí, que lo invoco cuando estoy solo (y borracho) o como a este solitario jugador de racket que en realidad no está solo, sino que juega –precisamente- con Wilson. Descubran la sutileza del asunto en la pared del fondo*.

El señor estaba ahí enchufado con la pelota durante 10 minutos más o menos, y corría y saltaba y estiraba el brazo y retrocedía una y otra vez con un ímpetu deportivo único; y hacía todo aquello totalmente solo… ¿o debo decir con Wilson? Otro entresijo en nuestras carpetas amigos de la Nave del Misterio.

*Está bien, si no lo han pillado todavía tendré que señalarlo; mira, la “W” que está al fondo es, pues, precisamente el logotipo de Wilson, la marca de la pelota-amigo del Náufrago.

No hay comentarios:

Publicar un comentario