jueves, 1 de octubre de 2009

ARCO DEL TRIUNFO

Ya desde los antiguos romanos se acostumbraba a erigir monumentales arcos en honor a las victorias militares, así conocemos el Arco de la Victoria en Madrid, los famosos Arco del Triunfo de París y Arco de Constantino en Roma o el, menos conocido pero no por ello menos fantástico, Arco de Triunfo de Pyongyang, en Corea del Norte. Bueno, tampoco hay tanto asunto extraordinario en esos arcos, ¡Cochabamba también tiene el suyo!

¡Qué imponencia por dios! Lo que pasa es que aquí somos más modestos y le llamamos simple y humildemente “El Arco” (el triunfo pa los inútiles, acostumbran a enfatizar los cochabambinos más ancianos). Sin embargo, después de exhaustivas pesquisas, creo haber descubierto el motivo fundamental por el cual se construyó dicho arco.

¡Pa colgar los zapatos pues! Claro, es un zapatero público. ¿Que dónde queda el pábulo de la victoria, del triunfo y el honor? También hay de eso, ya te explico. ¿Viste el rollo ese cuando se gradúan y tiran el birrete por los aires en plan (cutre) victorioso, culminante, festivo y etc.? Ocurre algo similar con este arco; después del fútbol, pasan los muchachos del barrio contentos por haber ganado el partido y ¡zas! que tiran sus zapatillas por encima y ahí se envuelven como testigos mudos de un 5-1 o un 3-2. Entonces, sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que se trata –también- del Arco del Triunfo (del partidito de fútbol de los sábados por la tarde) de Cochabamba.

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