Es que me considero como un fanático entusista del rigor del silencio; tanto, que podría pasarme horas y horas hablando sobre él.Si hubiese dicho ésto en el 1375 una monjita italiana me hubiese tirado un putazo piadoso diciendo: ¡Basta de silencios!¡Gritad con cien mil lenguas! porque,por haber callado, ¡el mundo está podrido!" Me encanta esa monjita, porque fue una especie de "sor punky".
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