Efectivamente tenemos ante nuestros ojos un cenicero, pero si lo vemos detalladamente no parece un cenicero normal. Generalmente vemos este tipo de objetos con un máximo de cuatro espacios para colocar los cigarros, pero cuando vi éste conté los espacios que tiene y me di cuenta que es el doble. Me pareció muy bonito, un objeto que puede reunir a un gran grupo de personas con el vicio de fumar, o al menos la intención es que se fume. Lo cutre de esta situación es que este cenicero lo encontré en un consultorio de psicología, de hecho en el consultorio en el que hoy por hoy me encuentro trabajando…
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