miércoles, 30 de septiembre de 2009

EMBOTELLAMIENTO (StHassan)

Un día de aquellos que comúnmente llamaríamos normales, es decir, totalmente monótono, sin nada nuevo, con mucho cansancio por el trabajo realizado, trancaderas por todas partes y de hecho, con demasiada hambre; junto a unos compañeros decidimos ir por un poco de comida, así que salimos del hospital (porque trabajo en un hospital), caminamos hacia la acera de enfrente y entramos al lugar donde muchas veces habíamos hallado que comer, sin importar la hora. Pedimos lo de siempre, y nos fuimos a sentar al lugar en el que nunca nos habíamos sentado. Y frente a mí, me di cuenta de la aparición de muchas botellas juntas, en un rincón olvidado, conformando entre ellas un “embotellamiento”, bien llamado. Entonces me puse a pensar en la soledad de dichas botellas (olvidadas todas) con el recuerdo de haber llevado dentro de ellas un agradable refresco para miles de personas. Seguramente para ellas ese día era como el mío, un día monótono, un día de descanso por el trabajo, un día de tener la satisfacción de haber brindado la atención a otra persona, de haber gastado todo su líquido, su contenido, en hacer viable la satisfacción de alguien. Viendo a cada una de ellas, la trancadera que puede estar junto a ellas, así como yo veía los “embotellamientos”, ahí estaba uno más. Y finalmente así como yo estaba junto a muchos compañeros, cada una de estas botellas seguramente se sentía bien acompañada.


Pasando a otro tema, ¿ya vieron el candado de la puerta? Esa que está a la derecha de la imagen. ¡Sí señores! Es una bolsa amarrada muy fuertemente. Por acá… casi es cultural.

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